Hay varias historias sobre el origen de la advocación de Nuestra Señora de Trapani. Según una, el origen de la imagen se remonta al año 733, y fue obra de una escultura en la isla de Chipre. Lo colocó en una iglesia de Fagamusta, donde permaneció en un centro de devoción a la Virgen durante 400 años.
Luego, en 1113, durante el reinado de Balduino, la Orden de los Templarios se estableció en Jerusalén. Alrededor de 1130, un grupo de cruzados, caballeros y nobles en Chipre, decidieron unirse a dicha Orden, por lo cual se embarcaron a Jerusalén, y con ellos se llevaron la imagen de la Virgen y el Niño.
La imagen parece haber permanecido en Jerusalén por casi 150 años. Luego, tras el fracaso de la séptima cruzada, uno de los caballeros templarios (tal vez haya sido Guerrogio de Pisaset) navegó a Italia llevando la imagen consigo, para salvarla de la profanación por los turcos. Durante el transcurso de la travesía, el barco se topó con una tormenta terrible que amenazaba con hacer naufragar a la embarcación. Pero el caballero no se desesperó y rezó con fervor a la Virgen, prometiendo que, si sobrevivían a la tormenta, iba a consagrar su imagen en la primera tierra que les toque desembarcar.
La tormenta se calmó y, finalmente, la nave aterrizó en Trapani, Sicilia. La historia de la milagrosa imagen de la Virgen de Trapani se extendió rápidamente entre la gente del lugar y fue allí mismo que decidieron construir una iglesia en honor de María. El templo en honor a Nuestra Madre fue terminado alrededor de 1332. Fue reconstruido en 1760.
En un extremo de la iglesia detrás del altar mayor, hay una pequeña capilla y dentro de la misma se encuentra la venerada imagen de la Virgen de Trapani: una estatua de mármol que representa a la Virgen con el Niño en su brazo izquierdo. Una nueva estatua fue esculpida por las autoridades modernas y se cree que la estatua actual es una obra realizada bajo las influencias de las escuelas de arte del siglo 13.
traducido por mallinista
((fuente: www.roman-catholic-saints.com)
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