En el año 1552, Nuestra Señora de Loreto sanó de una enfermedad incurable un pacha turco, quien fue persuadido por uno de sus esclavos, que era un cristiano, que recurra a la Santísima Virgen. El pachá turco era musulmán, y se comprometió a darle su libertad, en caso de Nuestra Señora lo curase. El musulmán recupó su salud y envió varios presentes a la iglesia de Nuestra Señora de Loreto, entre otras cosas, su arco y carques.
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