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miércoles, 11 de junio de 2014

11 de junio: Nuestra Señora de los Milagros de Casalbordino

La Santísima Virgen se apareció a un campesino, el 11 de junio de 1576 junto a unos árboles luego de una tormenta, revelándole las consecuencias de sus pecados; la imagen ha sido milagrosa incluso en Colombia.

Alessandro de Pollutri rezaba el rosario mientras caminaba hacia su tierra para revisar el daño causado por una violenta granizada que había azolado la zona. Escuchó las campanas que anuncian la celebración de la Santa Misa en su pueblo, por lo que se arrodilló para rezar…

En ese momento, junto a unos árboles, se apareció la Madonna y le dijo que la tormenta del día anterior fue causada “por los pecados cometidos por los hombres del pueblo”. Alessadro debía advertirles que respetaran el día de descanso “para evitarse mas castigos en la forma de granizo y vientos dañinos”.

El santuario surge en el lugar de la milagrosa aparición de la Virgen.

Casalbordino es una comuna de la provincia de Chieti, en la región de Abruzzo.

La historia de la Virgen de los Milagros es simple y misteriosa al mismo tiempo. La leyenda cuenta que Alejandro Muzio un devoto campesino de Pollutri el día 11 de junio de 1526 iba, recitando el Rosario -una práctica de devoción divulgada por el orden de los predicadores Domínicos- hacia su campo para constatar los daños hechos por el violento granizo que el día 10 había golpeado los alrededores.

Después de haber oído el sonido la campana, que avisaba del comienzo de la misa en su pueblo, se arrodilló e hizo esta plegaria con el corazón: “oh! Señor y redentor del genero humano, que descendiste del cielo y te convertiste en humano por tu gloriosísima madre la Virgen María Santísima y mi principalísima abogada, por acto de verdadera caridad solo para redimir al género humano, ten compasión de mi, un gran pecador!”.

Esta humilde plegaria del corazón penetró en el cielo y fue escuchada por el Señor. Apenas el viejito pronunció estas palabras, sintió en lo íntimo de su corazón una paz y una alegría indescriptibles y en el mismo instante se vio envuelto por una luz vivísima, más que la del sol. Esta alegría se acrecentó cuando vio que en medio de la luz estaba la Virgen Santa en persona, vestida de rosa y con manto azul, con un rostro pleno de dulzura y majestad.

Después de un instante, la Virgen con el índice de la mano diestra alzado hacia el cielo, con voz dulce y maternal tomó la palabra diciendo: “ten coraje, mi hijo; no dudes!… sabe que ayer mi hijo unigénito, por los muchos pecados que cometen cotidianamente los cristianos, había determinado destruir todos con granizo y tempestad. Pero tu, devoto mio, ten ánimo, ve alegremente a tu campo, porque está intacto!… y cuando regreses al pueblo, ve con el sacerdote y dile que predique en la Iglesia y exhorte al pueblo a observar el reposo de los días festivos, pues por muchas veces mi Hijo Divino no castigó la trasgresión del tercer mandamiento por el trabajo, y no mandó sobre la tierra granizo, tempestad y grandes vientos”.

Cual no fue su maravilla!, que como había dicho la Virgen Santa su campo estaba bello y floreciente, mientras los campos circundantes estaban completamente destruidos!. Sin perder tiempo, salió rápidamente a contar lo sucedido. Y contó al sacerdote Don Mariano Diddonno la maravillosa visión y el mensaje que había dado la Virgen.

Reconocida la autenticidad de la aparición, rápidamente fue erigida una pequeña capilla rural en recuerdo del advenimiento, que fue centro del peregrinaje y de numerosos milagros por invocar a la María Santísima Madre de los Milagros, la cual que después fue ampliada hasta alcanzar la forma actual que es el resultado de la restauración ocurrida en el 1824.

El día 11 de junio a la Iglesia llegan numerosos peregrinos provenientes desde Abruzos, Molise y Puglia. Hoy ya no se practican, o por lo menos no con la misma intensidad, las devociones populares que impresionaron la imaginación de Gabriele D’Annunzio que las consideró barbáricas. Pero mientras algunos peregrinos, sobre todo para agradecer por un beneficio recibido, dejan en el Santuario propios objetos votivos (ex votos), otros pasan la noche en las capillas laterales haciendo una vela que parece más una incubatio (dormir en el Santuario para recibir, en sueño, revelación divina).

La coronación de Nuestra Señora fue realizada el 11 de junio de 1899 con la participación de 200.000 peregrinos. En el año santo 1950 el sumo pontífice Pio XII, con tres cartas apostólicas, daba la mas alta confirmación de la singular importancia del Santuario, proclamando solemnemente el celeste patrocinio de la Virgen de los Milagros sobre la diócesis de Chieti, Ortona y Vasto.


ICONOGRAFÍA

La iconografía de la Virgen de los Milagros es con una túnica sobre una encina, circundada de luz, en el acto de aparecerse al viejo devoto, arrodillado a los pies del árbol.

Toda la escena es inmersa en un paisaje agrario, tanto que hasta la representación constituye un elemento identificante del culto sobre todo por los grupos rurales.

La iconografía que se refiere a la Virgen de los Milagros de Casalbordino tiene un doble sentido: en algunas representaciones la Virgen está levantada mientras amonesta al viejo Alejandro Muzio de Pollutri. En otras la Virgen rodeada de Luz está sentada sobre un encina. En ambos los géneros el escenario está relleno de un denso plantío de encinas. Esta diferencia tiene mucha importancia pues en el análisis de la devoción actual, podría llevar a diferentes conclusiones si se quiere favorecer la primera o la segunda representación.

Principalmente la Virgen de Casalbordino es una Virgen agraria porque existe una leyenda que une su aparición al granizo -un fenómeno atmosférico de primavera que es muy sobresaliente en el mundo campesino- y también porque la devoción de la Virgen es practicada sobre todo por las clases rurales que unen a la fiesta un complejo ceremonial hecho de símbolos que se refieren a los principios de la naturaleza vegetal.

Además el modelo de la imagen se refiere a la epifanía arbórea, por lo tanto la Virgen de los Milagros tendría que ser considerada como la renovación cristiana de expresiones primitivas (en este sentido se puede entender el elemento doctrinal por medio del rosario recitado por un devoto vidente), que primero se podían referir a los rituales agrarios y después fueron referidos al culto arbóreo de Diana que fue tan duradero hasta el fin del Quinientos.


EL SANTUARIO

La esfinge puesta sobre el altar mayor es la imagen autentica pintada inmediatamente después de la aparición.

La primitiva capilla fue ampliada en 1824 cuando se inició la erección de la Iglesia de cruz latina con cúpula, proyectada por el arquitecto Torresi.

No teniendo el santuario al fin de la época de la aparición de la Virgen una estable asistencia espiritual, se llama en 1925 a los monjes benedictinos, iniciando la construcción del monasterio.

La dimensión de la Iglesia no era suficiente para cumplir con el culto por el incremento de los devotos. Se resuelve entonces construir el actual santuario, consagrado el 11 de agosto de 1962. En octubre de 1994 se ultiman los trabajos de la cripta donde se accede al lugar de la aparición.

El actual templo, mide 73 metros de largo, 20 de ancho y 37 d de alto, proyectado por el bolognese Ing. Giuseppe Zamponi.


EL “MILAGRO” DE ALMAGUER EN COLOMBIA

En la quinta y más cruel embestida de la guerrilla contra el pequeño pueblo de Almaguer, enclavado en los Andes colombianos, provincia del Cauca, al suroeste del país, los guerrilleros violentaron las puertas de la Iglesia católica, dinamitaron el altar, la iglesia entera y la casa parroquial. Luego, sucesivas cargas explosivas destruyeron decenas de viviendas del casco urbano.

Terminado el ataque, los afligidos e indefensos habitantes corrieron hacia las ruinas de la iglesia, verificando con dolor que el antiguo altar de madera, traído por los españoles hace cuatro siglos, estaba completamente destruido junto con el Sagrario y la Eucaristía en él custodiada; sacrilegio que valió posteriormente a los guerrilleros la enérgica excomunión del Arzobispo de Popayán, monseñor Iván Antonio Marín López.

Sin embargo, para indecible asombro de los presentes, la más ilustre y antigua habitante de Almaguer, la piadosa imagen de la Virgen de los Milagros, patrona del pueblo, permanecía intacta entre los escombros. Muchos lloraron de emoción ante una escena que recuerda lo ocurrido en el Calvario.

La prodigiosa protección sobrenatural de la patrona de Almaguer es vista por sus habitantes como un “milagro”, aunque aguardando, claro está, el veredicto de la Iglesia. “Fue algo sublime, algo divino que nos hace renacer la fe para surgir de nuevo”, exclamó el alcalde Fabio Gómez Renjifo, al tiempo que condenaba el atentado “casi satánico” de los guerrilleros.

(fuente: forosdelavirgen.org)

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