La inquietud del capuchino Fray Isidoro de Sevilla, a comienzos del S. XVIII, por dotar a su orden de carisma personal que la diferenciara de la rama de los Franciscanos Observantes era tan intenta que, no se sabe si por una visión mística o bien por inspiración divina, decidió propagar el novedoso título y atuendo de Divina Pastora para la Virgen.
Era el año de 1703, y Fray Isidoro se preocupó de plasmar inmediatamente la imagen de la Divina Pastora. Con este motivo le encarga un óleo al pintor sevillano de la época Alonso Miguel de Tovar. La primera propagación de la advocación fue el 8 de septiembre de ese año cuando se procesión la pintura en rosario público por las calles de Sevilla. Desde esta ciudad, la imagen de la Divina Pastora se extendió por toda la orden capuchina y por toda la geografía andaluza.
FRAY DIEGO DE CÁDIZ
Está considerado como el gran apóstol de la Divina Pastora. En el año 1773 vino, por primera vez a Málaga, donde predicó su primera misión. A la comunidad de Capuchinos de Málaga fue a la que más años perteneció. Famosa fue su segunda misión de 1779. La Catedral se quedó pequeña para albergar a los fieles y acabó predicando en la plaza principal.
La imagen de la Divina Pastora de Málaga fue venerada durante mucho tiempo por Fray Diego. La iglesia de los capuchinos fue testigo de sus muchas actividades apostólicas, que llegaron a ser denunciadas por el gobernador por "atentar contra la cátedra de economía y comercio, y contra la sociedad", según queja de Lorenzo Normante del año 1787. Murió el 24 de marzo de 1801, y el 9 de septiembre de ese año se celebraron grandes exequias en el convento de Málaga. Fue beatificado en el año 1894.
LA IMAGEN DE NUESTRA DIVINA PASTORA
A pesar de que no está fechada documentalmente, cada vez son más los estudiosos del tema que no dejan duda de que se trata de una obra de los primeros años del S. XVIII del escultor sevillano José Montes de Oca (1668-1754). Según el profesor Sánchez López, la imagen suscribe todos los grafismos de la producción de Montes de Oca.
Durante los años 40 de este siglo, la camarera que la vestía mandó que recubrieran de paños encolados la imagen ante la creencia de que, después de su muerte, nadie volvería a cuidarla como ella. Afortunadamente, la imagen fue devuelta a su fisonomía de vestir con la llegada de Don José Claros. La policromía de la imagen es la primitiva y, al igual que ésta, se encuentra en prefecto estado de conservación después de casi tras siglos. Sin duda, la imagen es una de las mejores joyas de nuestro patrimonio escultórico.
DIVINO PASTORCILLO
La Divina Pastora de las Almas de Málaga es actualmente una de las pocas imágenes de su iconografía que posee al Divino Infante sobre su regazo. Fray Isidoro de Sevilla representó a Cristo en el Cordero que acaricia la mano de la Virgen, pero una bula de Pío VI en el año 1795 decretaba a María como Madre del Buen Pastor por lo que a partir de esa fecha fue representada con su Hijo al lado en el gesto de ayudarla al cuidado del rebaño.
La representación de la Pastora de Málaga era de esta forma, hasta que a finales de los 60 el primitivo Niño cayó desde el retablo y se hizo pedazos. Poco tiempo después de encargar un Niño nuevo al imaginero sevillano Luis Álvarez Duarte, el anterior fue robado al volverlo a poner al culto una vez recompuesto. El nuevo fue bendecido en 1975, actuando como padrinos la Coral "Santa María de la Victoria de Málaga".
En Málaga
La devoción a la Divina Pastora de las Almas surge en Málaga a los pocos años de su eclosión en Sevilla de la mano de fray Isidoro en 1703. La imagen, atribuida por diversos estudios al imaginero José Montes de Oca, data de los años treinta del siglo XVIII, por lo que fue esculpida al calor de la incipiente costumbre de representar a la Madre de Dios como Pastora de las Almas. Una crónica de 1791 recogida por el ilustre malagueño Narciso Díaz de Escobar en su publicación periódica 'Efemérides malagueñas' afirma que “el 4 de mayo de 1791 se celebraron en el barrio de Capuchinos grandes fiestas en honor de la Divina Pastora”. Díaz Escobar señala que los frailes capuchinos, cuya presencia en la ciudad está documentada desde comienzos del siglo XVII, “dedicaban notables funciones religiosas a la Divina Pastora, especialmente al llegar la época de su novena”.
“Se creó la Hermandad y a ella pertenecían los vecinos más distinguidos y piadosos del barrio, que pagaban una pequeña cuota”, prosigue la nota de Díaz de Escobar, lo que indica que la Hermandad, que posteriormente pasó a denominarse Congregación de la Divina Pastora de las Almas, ya existía como tal a finales del siglo XVIII. La expulsión de los frailes capuchinos a mediados del siglo XIX, con la Desamortización, no mermó el culto a la Virgen y, a mediados de esa centuria, se relanzó su hermandad y la organización de la novena. En 1865, un sacerdote conocido como el padre Félix organizó coros que cantaban en las misas las coplas dedicadas a la Pastora.
El beato Marcelo Spínola y Maestre fue un gran impulsor de la devoción pastoreña durante su etapa de obispo de Málaga, a finales del siglo XIX. En el año 1906 se aprobaron nuevos estatutos para la Congregación de la Divina Pastora de las Almas de Málaga. Además, perduran documentos sobre la novena en ese año y anteriores. En 1920, llegó a predicarla el padre Tiburcio Arnaiz. Durante la República hubo un intento por parte de la milicia de demoler la iglesia pero, según las crónicas, los republicanos del barrio de Capuchinos se opusieron porque dentro estaba su Patrona.
En 1930, los cultos cambian de fecha y se celebran en junio en vez del mes de mayo. Durante la Guerra Civil se interrumpen las manifestaciones religiosas en honor de la Pastora malagueña, pero se conserva su talla, al instalarse junto al templo un hospital militar. La Orden Tercera de San Francisco retomó de forma modesta el culto a la Divina Pastora de las Almas hasta que la Congregación fue reorganizada en el año 1948, de la mano de Don José Claros López, que fue nombrado Hermano Mayor Perpetuo.
Este breve repaso histórico confirma que la devoción a la Divina Pastora de las Almas ha permanecido prácticamente inalterable desde mediados del siglo XVIII en el barrio de Capuchinos, del que es Patrona y Protectora. En 1970, la imagen se convirtió en titular principal de la parroquia creada en 1951 en el templo con el nombre de Santa Teresa de Jesús. Además, la Divina Pastora es Patrona del Deporte Nacional, lo que ha fomentado la relación de su Congregación, desde que se reorganizase en 1948, con diferentes entidades deportivas de la ciudad, principalmente.
Reseña histórica
En el siglo XVII los frailes capuchinos se instalan en Málaga, concretamente en calle Nueva (Iglesia de la Concepción), pero el sitio no es de su agrado porque ellos necesitan mayor tranquilidad.
Así que un par de ellos se dedican a recorrer la ciudad buscando un sitio idóneo para instalar el convento. En las afueras de Málaga encuentran una ermita dedicada a Santa Brígida y deciden solicitar al Obispado su cesión.
Así lo hacen e instalan el convento ampliando la ermita al estado en el que hoy la conocemos (más o menos).
Su vida era pobre, propio del carisma franciscano, y pedían mucha ayuda al ayuntamiento para que les trajera agua (San Telmo), le construyera celdas (habitaciones), etc., además trabajaban la huerta como su sustento.
Así hasta el siglo XIX en que el Gobierno expropió el convento y los frailes tuvieron que marcharse. Todos menos uno, que se quedó al cuidado de la Divina Pastora y que fundó la Congregación de la Divina Pastora. También se quedó la orden tercera franciscana.
A finales de siglo llegaron las monjas Clarisas (que habían sido desposeídas de su convento de la plaza del carbón) e instalaron aquí su convento, pero en el lado opuesto al de los frailes que ahora estaba ocupado por un cuartel del ejército.
Ellas siguieron manteniendo el templo y el cuidado a la Divina Pastora, hasta que en 1950 el Obispo decide crear la Parroquia de Santa Teresa, que se inauguró el 6 de enero de 1951. Poco antes se había reorganizado la Congregación y después llegó la Hdad. del Prendimiento procedente de la Iglesia del Carmen. Se organizó la Acción Católica, la Cáritas y la Adoración Nocturna y, aunque se fue la Orden Tercera Franciscana al tiempo llegarían la Hdad. de la Alegría, la del Cristo de las Penas y la del Dulce Nombre, además de la Legión de María y otros grupos que con el tiempo se han ido incorporando a esta parroquia a lo largo de su historia.
(fuente: congregaciondivinapastora.diocesismalaga.es)
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